Si pensamos en una mudanza, no es extraño que cierto desasosiego nos recorra y una sensación de incertidumbre y temor se instale en nuestra cabeza. No es que dudemos de si la decisión de cambiar de casa es buena, es que de alguna manera rompemos la estabilidad y equilibrio de nuestra vida cómoda y conocida para saltar al vacío de una aventura cuyos resultados están por ver. Esa desazón también tiene su origen en la mudanza, un acto en el que todo nuestro presente va a ser desmontado y vuelto a montar, corriendo riesgos que solo podremos paliar poniéndonos en manos de profesionales. Además de seguir sus consejos (horarios, orden, almacenaje…) hay algunas cuestiones que nosotros mismos podemos prever y plantear para tener controlada nuestra mudanza y que ésta sea un éxito.
Tus posesiones y recuerdos viajarán en unas 40 – 70 cajas, que es la horquilla habitual de volumen, según un estudio realizado entre empresas de mudanzas. Contacta con tiempo con quienes se encargarán de ello, comprueba su experiencia, seguros y calidad del servicio. Claro que puedes encargarte tú mismo, pero los contras son tantos que la inversión merecerá la pena ya que los riesgos y contratiempos estarán controlados. También tus elementos más delicados contarán con un tratamiento especial y evitarán roturas.
La limpieza de la antigua casa (es habitual dejarla limpia), y la nueva, que, aunque esté limpia requerirá un toque extra a tu gusto. Acomete ese repaso antes de que lleguen las cajas y otros elementos que a posteriori será más dificultoso volver a mover para limpiar.
Con tiempo debes hablar con las compañías proveedores de agua, gas, teléfono y electricidad. Al menos un mes antes comienza los trámites, que no suelen ser instantáneos, y haz un seguimiento de los mismos para cubrirte las espaldas. Prepara al mismo tiempo cuanta documentación sobre la casa y tus pertenencias poseas, para que no formen parte de la mudanza y si necesitas usarlas las tengas a mano y controladas.
Haz una lista para no olvidar nada, ni siquiera lo más banal. Agrupa tus pertenencias en esa lista para que luego sea más fácil localizarlas y recolocarlas. Ese orden previo te será muy útil luego. Recopila todas las copias de llaves que tengas, incluidas las que dejaste a familiares o amigos y reemplaza éstas por nuevas que entregues a esas personas. Asegúrate que funcionan.
Ya al borde del día D, desconecta el frigorífico el día antes, habiendo sido precavido en el acopio de comida para no tener que tirar nada. No traslades comida perecedera, puede deteriorarse.
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