Las mudanzas son cuestiones vitales que nos marcan para siempre. Son recuerdos imborrables que nos llevan a una nueva etapa, cambios que determinan nuestro futuro y que serán decisivos a la hora de construir el porvenir en muchos aspectos. Este cambio significa renovación y nuevas aspiraciones, pero también nos pueden producir inseguridad, miedo y ansiedad. Por eso es importante contar con profesionales para que no se convierta en un problema, y las ilusiones queden emborronadas por disgustos. No debemos recordarla como una tortura, sino como un paso firme hacia nuestros sueños.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) podemos leer que mudanza significa “acción y efecto de mudar o mudarse”, incluyendo también el cambio de una casa o habitación. Sus orígenes latinos apuntan claramente a un parecido con palabras como mutación o mutante. Efectivamente, la palabra mudanza proviene originalmente de mudantia, usado en el latín medieval para referirse a este mismo concepto. A su vez, mudantia alude a la palabra mutatio, que significa mutación o cambio. Ese es el origen y el fin de esta acción.
De esta manera, mudanza alude directamente a ese cambio en la vida al que aludíamos al comienzo. En principio no deja de ser un cambio de carácter físico, pero sin duda tiene diversas connotaciones emocionales que aluden al reto de mutar, a una perseguida mejora, a nuevos horizontes, a una mejoría en la calidad de vida… Mudarse es el acto de la mudanza o mudantia, un cambio aplicable tanto a una casa, como a una habitación o un trabajo u oficina. Incluso usamos ese término para la ropa, aplicando el cambio a nuestra indumentaria, para acomodarla a una nueva situación. Todo ello nos da una idea de todo lo que encierra el término y de las ventanas y oportunidades que abre en nuestra vida.
Deja una respuesta