Una mudanza requiere de una buena organización para evitar cometer errores como no saber dónde están las cosas, qué cosas son las más importantes, quedarnos cortos con el número de cajas, pedir ayuda de última hora a amigos y familiares y otros tantos errores de los que se van aprendiendo según se hacen mudanzas.
El error más habitual y redundante en una mudanza es subestimar el número de cosas que tenemos y el espacio que necesitan para ser guardadas durante el transporte. Lo mejor es hacer una limpieza en los días previos a la mudanza, suprimiendo aquello que no es necesario conservar por más tiempo y no tiene ningún valor en la nueva vivienda. Llega a ser sorprendente la cantidad de cosas que guardamos cuya utilidad o valor es nulo.
En la mudanza se suele dar el momento en que aparecen objetos que se daban por perdidos desde hace años. Para evitar nuevas pérdidas y tener la certeza de que se lleva todo al nuevo domicilio es aconsejable guardar los objetos en cajas temáticas. Así se sabe qué es lo más importante y se tiene un orden a la hora de volver a colocar todo en su sitio.
Es un error pensar que nos vamos a acordar de todo lo que hay metido en cada caja tras la mudanza. Para evitar abrir las cajas una a una en busca de algo que hace falta en algún momento determinado es aconsejable relacionar lo incluido en la caja en una lista que se debe pegar por fuera del cartón.
Las mudanzas requieren de ayuda. Son muchos los objetos a mover y mucho lo que organizar. Llamar a los amigos o familiares es una opción, pero no siempre la mejor. Cada cual tiene su vida, sus horarios y su trabajo. Pretender que pasen unas horas moviendo enseres personales de un lugar a otro no es muy atractivo, además de tener que remunerar de algún modo en agradecimiento. Lo que puede conllevar una pérdida de tiempo si se opta por “pagar con unas cervezas”.
Tampoco es buena idea sobrecargar las cajas. Hay un doble peligro con no considerar el peso máximo admisible. De una parte la caja se puede romper y de otra hay que pensar que hay que cogerlas manualmente, con la consecuente carga para la espalda. Aquí es el momento en que se echa de menos contar con una carretilla de mudanzas.
Deja una respuesta